sábado, noviembre 29, 2008

viernes, noviembre 28, 2008

Discurso del método...


Haciendo rancho aparte, me gustaría discutir con esto que escribe, inteligentemente, nuestro amigo Alejandro.

Si lo forzamos un poquito, podría ser reformulado de este modo: el cumplimiento de un sueño alfonsinista.

Es la culminación del proceso de estos años, en su carácter mas duro: el de ese ochentismo radical que oponía a la reconstrucción del poder republicano aquello que visibilizaron con el pacto sindical-militar, o sea, una Argentina corporativa, cuyo frente de lucha tenía a los militares y a los gremios ortodoxos como actores principales. Bueno, este es el gobierno que "pulveriza" todas esas formas corporativas que -como dice Rinesi irónicamente- "son autoritarias por añadidura".

Capítulo aparte merecen los otros, los actores civiles invisibles, esa mano del mercado que golpeaba la puerta de los cuarteles (y que años después *golpeó* la de las unidades básicas también), aunque no es un frente monolítico, y en muchos casos está menos apegada a formas corporativas.

Lo otro que el texto de Alejandro expone, y quizás es donde ofrece otra posible lectura, es en cómo se construye la historicidad del kirchnerismo. El kirchnerismo es la consumación de una acumulación política al costo de comerla, de tragarla, de diluirla. Tiene lo que el peronismo tuvo siempre: transforma esas acumulaciones en otras cosas, las metamorfosea, las encarna, las personaliza, etc. Pero la lectura de la crisis, que el kirchnerismo hizo por izquierda (y ese es el mérito de su voluntad, ya que la crisis servía en bandeja también posibles salidas mas derechosas) es lo que quizás permita ver que ese todo-poderosísimo gobierno es la culminación de un proceso mas reciente, gestado en los años '90, en las excepciones resistentes de esos años, que apuntaba y se ordenaba alrededor del Estado, y que tenía como eje transversal la reconstrucción del Estado (desocupados, movimientos sociales, organismos de DDHH, gremios estatales, como los docentes, etc.).

Los actores políticos, a no ser la oposición, están incapacitados de jugar “a la toma del poder”. Y por varias razones. Las de la CGT son que finalmente hay un gobierno peronista. De esa convicción participa su secretario general, Hugo Moyano. La CTA está pendiente de resolver sus contradicciones internas, tiene que resolver qué tipo de actor social y político es. Los actores económicos sí tienen su influencia entre bambalinas, pero hablamos de un archipiélago de intereses dentro del cual hay grandes islas que no están demasiado entusiasmadas de que el gobierno se vaya. Es mas, están entusiasmados de que el gobierno se quede.

Y otro aspecto del texto de Alejandro es que tiene un espíritu realista, sin dudas, pero que se ha desinfectado exageradamente del tiempo que nos separa del voto no positivo, ahí cuando todos palpamos que el kirchnerismo también tenía su límite, lo cual lo hizo un kirchnerismo mas normal. Quizás estamos contentos por otra cosa: las esquirlas intensas que el desenlace del conflicto avivó no alcanzan mas que para cachivaches políticos. (Itinerario que el blog del amigo Néstor sigue con saña particular.)

Lo que el gobierno logró es que quienes avanzan positivamente en la agenda lo hagan por dentro de él. ¿Cuál es su virtud? Haber cerrado el acceso a la bic “que firma decretos”, ser una máquina de lecturas dueña de sus apasionados berrinches impulsados en ese laboratorio privado. ¿Cuál es su defecto? Haber cerrado el acceso a la bic “que firma decretos”, porque incluso para quienes creen en una meritocracia en donde la lucha y la organización pueden ser vistas como nuevas acumulaciones (es el caso de las organizaciones sociales, que prácticamente no existen mas), están por oxidar sus dinámicas articuladas, digamos, con esa correlación de fuerzas general, espantadas por el vacío al que caen sus impulsos.

¿Mostró el gobierno capacidad de asimilar límites? Sí que mostró. Pero es como un gobierno que allí actúa despechado: es el que no le muestra a la novia su dolor.

domingo, noviembre 23, 2008

El desierto argentino


Fui encuestador en las elecciones de 1999. Y guardo para mi un gran recuerdo de esos años en las jornadas donde había que rastrillar zonas para ubicar barrios y manzanas. La mayor impresión la tuve del barrio Vucetich, de José C. Paz. Me acuerdo que ahí, según los dichos de algún coordinador, las encuestas las había encargado la curia. Tengo en mis oídos la música maravillosa de toda la fauna de voces con que completaba la encuesta: la inseguridad y la desocupación se mordían los talones... pero ahí, en 1999, NO HABÍA ESPERANZAS. Eso aprendí. Eso aprendí de esos días: nadie tenía esperanzas. Y la gente sabía que votaba a perdedor. Cualquiera que conoce José C. Paz entiende de qué lugar hablamos. Gobernado por ese samurái. Pero tengo grabada de una señora de ahí una respuesta sencilla y previsible, que no sé por qué, esto me la trajo a cuenta. Me dijo que iba a votar a Patti. La inseguridad era el hit de ese barrio. Pero casi todo ese barrio votaba a Duhalde, fue de las pocas que votaba a Patti. Y me dijo que porque había un violador de chicos, un sátiro en el barrio, desde hacía un tiempo, y al que Patti iba a encontrar. La violencia, no la violencia prerrevolucionaria, no el bandolero social desprendido de un sueño eterno, no, digo, la violencia que separa barrios que no pueden cruzarse, guerras privadas, la violencia de género: el género *salida de boliche* en Moreno o San Miguel, filmada por América 2, digo, esa violencia que no sabemos medir, que no sabemos dónde tiene su límite, cuánto existe de verdad, digo, ¿no?, que se retroalimenta, esa especie de fantasía y realidad con la que hoy se conectan (y ayer, y quizás desde hace mucho tiempo) figuras como la del Malevo, esa violencia individual, copiada de la tele o de los jueguitos, esa violencia filmada en celulares en escuelas normales, esa violencia pandillera, en donde incluso actúan modos aprendidos o copiados de la violencia policial (¿viste que hay chorros que torturan?, ¿la tortura no debería volver a ser un monopolio del Estado?), esa violencia tiene de fondo la cancioncilla de que la autoridad del Estado democrático no alcanza, porque es una violencia con mediaciones, con interrupciones, con contradicciones, es una violencia cuya lentitud encubre –entonces- la velocidad de otros poderes mas bajos, mas territoriales, a los que ha derivado incluso el mismo accionar policial delictivo y justiciero, y entonces la violencia (o la sensación, que es violencia también) engendra una forma automática de respuesta que corta de raíz: la muerte. Matar al ladrón, al violador, al secuestrador. Digo: adherimos a principios éticos que nos inhiben de pensar esto de manera general, porque firmamos pactos internacionales, juzgamos la violación de DDHH, y aprendimos del río de sangre. Pero de repente, y no se sabe por qué, estamos hablando de vida o muerte. Cada uno vive su vida con miedo a la muerte. Y si encima en tu barrio pobre la democracia no ha llevado cloacas o vivienda, pero sí encuestadores a los que les interesa indagar acerca de tu momento de gloria, o sea, cuando emitís el voto, cuando sos un ciudadano universal... Cada uno vive rodeado de lo que compone su mundo, su vida, sus redes, sus kilómetros cuadrados, el paisaje de sus recorridos en colectivo o tren, el diario gratuito, etc. (...)
(Este post nace muerto: quisiera poder desentrañar donde se ve negación algún tipo de afirmación.)
La tragedia de estos 25 años de democracia es la pérdida del Estado. No de todo el Estado, sino de esa parte del Estado que ayudó a integrar. Nadie espera que se coma, se viva o se eduque, sino, quizás, simplemente, que no te maten o que no violen a tu nena cuando viene de la escuela con florcitas para regalarle a mamá. Se ha instalado eso. Quiero decir: el discurso de la inseguridad es agónico. Quiero decir: es *por lo menos quiero defender mi vida, y la de los míos*. El discurso de la inseguridad es el último discurso que te queda. Es un discurso urgente. Es un discurso que sale en directo, en vivo. Quiero decir: la “popularidad” del Malevo no puede confirmar tus ideas, las tiene que poner en crisis, Sandra. Quiero decir: de Monzón visitando la tropa del operativo Independencia. (...)
Me acuerdo de otra. En el barrio Ramón Carrillo, dentro, hay una escuela. La vez que asaltaron a la maestra casi se produce una pueblada. Se cortó toda la mañana la calle Mariano Acosta. La tajearon a la maestra en el cuello. A la maestra, la que camina por ese pasillo todas las mañanas con su guardapolvo blanco. El círculo se cierra si encima fue un joven ex alumno al que ella le enseñó a leer y escribir, al que hizo jurar a la bandera. Pero nada es tan simple. Claro, si aparecía un Malevo con la promesa de que en jeep, con binoculares y metralleta, patrullaba las calles, se robaba la escena. Pero debajo de ese manto negro, además de un ovejero, hay una inocencia perdida: ¿también con la maestra? Hay un aspecto que tiene que ver con la velocidad. Por eso el éxito adictivo y mediático del paco. El paco, que no es estadísticamente un problema al lado del alcohol, pero que tiene en su velocidad destructiva y adictiva lo que hace que, por ejemplo, Carrió lo haya llamado Genocidio. Y siempre es eso: nos vemos en espejo con esa imagen del Estado Genocida. La imagen de cuando el Estado decidió matar, de cuando el Estado se refundó en matar, porque la dictadura militar tuvo ese aspecto rosista para nuestra literatura blanca: fue hasta el hueso. El Malevo está sacado del Matadero, de ese Estado fangoso que con el liberalismo político de los ’80 y con el liberalismo económico de los ’90 fuimos desmontando, en esa tarea incesante de hit’s y éxitos editoriales, con los cientos de Robos para la Corona. ¿La culminación genocida es la extinción del Estado? ¿No es en su recuperación en donde deberíamos concentrar todo el esfuerzo? ¿No es el Malevo una encarnadura brutal que lucha contra esa misma desaparición, en su propio charco de sangre? Es decir, si vos, que sos progresista y que “por nuestra historia estamos obligados a rechazar siempre”, no ves todo lo que colaboraste para que también haya malevos... si vos, no ves en eso también tu propia agonía, tu granito de arena, estamos perdidos. No se puede construir siempre un discurso que te salve. Todos construimos el nuevo desierto argentino, Sandra.

viernes, noviembre 21, 2008

Mi nombre es Florencia Arietto, y soy una de las abogadas de Brian, el chico de 16 años QUE LA POLICIA ELIGIÓ PARA SER EL ASESINO DEL INGENIERO. Más allá de que a pesar que el juez Ribeiro procesó a Brian, cosa que hemos visto por los medios pero que aún NO HEMOS SIDO NOTIFICADOS POR EL JUZGADO, no hay pruebas en la causa. La campaña mediática del poder es grande, pero la VERDAD ES HIJA DEL TIEMPO NO DE LA AUTORIDAD COMO DECIA KANT. Es por eso que pedimos ayuda, por amigos que me lo han dicho, han tildado de SUBVERSIVOS a los periodistas que nos dieron un espacio para contar nuestra verdad. Se comenta que hay una decisión política de mano dura velada, y no importa quién cae, nadie firmará la libertad de Brian aunque la causa se caiga toda. Y en esta batalla que estamos perdiendo ante el estado policial y pese a que tengo 30 años y no he vivido la etapa de la dictadura, en carne propia, me siento como los desaparecidos, cuando pedían ayuda y le decían ALGO HABRÁS HECHO. Brian es villero, y por serlo ALGO HABRÁ HECHO PARA ESTAR PRESO, necesitaban un asesino, al voleo y sin pruebas pidieron su detención, de hecho un testigo de "identidad" reservada tiró el nombre de él y un alias "el negro" que no es este Brian detenido, y un domicilio, que resultó no ser el domicilio de la casa de Brian, sino de Jonathan el otro detenido, o sea buscaban a un Jonathan con nombre Brian, pidieron la captura de Brian sólo por un testigo que tiró un nombre como tiró muchos más, cuando vieron que eran del mismo barrio junto con Jonathan, se llevaron a los dos, y la causa cerraba, pero salieron los maestros (que linda palabra) a defender a BRIAN... el pibe que jugaba de 10 en la canchita del Güemes Juniors de Ciudad Evita y quería ser como Riquelme, porque así lo dispuso la policía, se convertía en EL ASESINO. Necesitamos que se difunda que están operando fuerte desde la fiscalía y la jefatura de policía para que esto no salga a la luz, necesitamos dar la pelea porque sino tendremos un estado policial encubierto y en vez de avanzar volveremos con otros matices a la época más oscura de nuestro país, porque como todos sabemos, EL MAL ABSOLUTO, toma distintas formas según lo necesite.- Ayudemos a Brian, no permitamos que lo conviertan en un chacal. Por los miles de Brian.-

martes, noviembre 18, 2008

Agua Negra Mañana

Se reedita mi primer libro gracias a la generosidad de los Gog y Magog. Fue editado allá por los finales de 1998 en la gran editorial de poesía Siesta, donde se publicaron libros fundamentales de la poesía de la década del '90, y del 2000 también. Hace algunos años me reencontré en la provincia de San Juan (provincia que amo) con el título en un proyecto faraónico. Quien impulsaba el proyecto, supongo que al igual que ahora, era ni mas ni menos que Chacho Álvarez. Cuando el libro salió, Chacho era un político decisivo, un político de agenda. Hoy es una figura silenciosa, portadora de las claves mas importantes para entender esa tragedia argentina que llamamos "clase media", y a la que sólo un político peronista podía hacer vibrar en esa década maldita (maldita porque no podemos encontrar la forma de pensarla). Chacho es uno de esos personajes de la política por el cual siento un afecto continuo e intacto, y ninguna de las anécdotas o menciones que me llegan por compañeros que han tenido trato directo con él, pueden hacer mella sobre ese sentimiento. Pero la imagen épica del viejo Chacho (apodo que además comparte con mi viejo), sumada en su derrotero, al futuro que expresa el proyecto material de un corredor bioceánico (Paso de Agua Negra), quizás sintetizan una forma de la síntesis de estos años. Ya no somos los mismos. Hubo muchas manos, de grandes amigos y grandes poetas, que amasaron esa agua en mi, y siempre voy a estar agradecido, siempre les voy a estar agradecido, siempre te voy a estar agradecido. Nuestros sueños, hechos del material volátil de las clases medias, también sirven para pensar la forma en que se unen dos mundos, dos océanos. La evolución chachista, su pensamiento, alcanzó la cima en aquellos años, y hoy sigue profundo, subterráneo, y quizás sea esa la evolución con que soñamos hacernos grandes, y sabios, si es posible. Yo qué se.

Gog y Magog presenta sus nuevos títulos

Pier Paolo Pasolini, Donde está mi patria.
Gary Snyder, Todas las palabras para decir roca.
Damián Ríos, Como un zumbido.
Martín Rodríguez, Agua negra.
Pierre-Albert Jourdan, La lengua de las humaredas.
Alejandro Rubio, Sobrantes.
Fernanda Nicolini, Ruta 2.
Simon Gregorcic, El imán del poeta.
Peter Semolic, El fin comenzará por los suburbios.
Vanna Andreini, Sirenas en la cama.

18 de noviembre, 20:30 hs.

El Zaguán, Moreno 2320.

Música a cargo de Decenadores, comida, bebida y fiesta.

sábado, noviembre 15, 2008

Fusilados por la Cruz Roja

Subte línea D... y yo me alejo mas del cielo. En un vagón de esa línea, quiero denunciarlo, hay pegado una especie de afiche en cuyo centro está la foto de los fusilados de Trelew. Esa en la que se los detiene en el aeropuerto. Bien. El encabezado, si mi memoria no falla, dice: "Ellos pelearon (o reclamaban) por lo mismo que usted: educación, salud, justicia, seguridad". Después hay un fragmento de la declaración de un cura, la que no tiene fecha, pero todo indica que es de época, y en la que los reivindica, y mas abajo, dice "Himno Nacional". En los restos de una crónica de los diarios del momento, se narra que cuando eran sacados de la celda, e intuían el fusilamiento, se pusieron a cantar el himno nacional argentino. (El hilo fatal que desde hace años une el himno con la palabra seguridad, ya lo dijimos, es una inspirada obra del rabino Bergman.) Pero este pequeño afiche... ¿será obra de servicios? ¿De contra-servicios? ¿De la secretaría de cultura y DDHH del cuerpo de delegados? Me acuerdo de aquellas marchas por las calles de Floresta, en el verano del 2002, después de que un ex policía en una estación de servicio donde era sereno mató a 3 jóvenes, que aparecían unos volantes tirados por la calle donde llamaban a "quemar la Casa Rosada, etc.", firmados por unos supuestos HIJOS. ¿Cuál era la clave para entender el olor a servilleta de esos mamotretos? La consigna final, decía: "Por la razón o por la fuerza", frase pinochetista si las hay. O sea, los servicios, lo que queda de ellos, se han desactualizado, perdieron la sintonía fina con la jerga militante (ese museo de la lengua), porque lo cierto es que todos los que levantaban esos volantes tirados se cagaban de risa. Este afichecito pegado, este recordatorio, en un vagón de la línea D, descarto que venga por ahí, porque descarto que haya algún tipo de dedicación concreta para crear confusión social alrededor de signos tan inútiles. Me suena mas al "giro trosquista" y lingüístico al que una gran parte de la izquierda argentina ha entrado desde que gobierna el señor Néstor Carlos Kirchner. Nadie de mas de 50 años de edad que potencialmente cacerolea por la seguridad y por la rentabilidad agraria se va a desayunar a esta altura del partido de que la guerrilla argentina de los años 70 luchaba por la seguridad. En fin. Habría tanto para decir. Pero sí es cierto que de las 6 líneas de subte, sea en la D donde se tenga mas presente (para bien o para mal) qué tipo de signo es T-r-e-l-e-w. No en este post, pero alguna vez me gustaría escribir mis impresiones acerca de la inauguración del "museo" del viejo aeropuerto adonde fueron detenidos los fusilados. Hecho por ese mal patagónico que es Das Neves, y en el colmo patético de las políticas de la memoria.

jueves, noviembre 13, 2008

1869


Cañón de bronce fundido con las campanas de algunas iglesias, en el Arsenal de Campaña de Caacupé, en 1869.

El espíritu está hirviendo: la guerra en una pava abollada.
La campana que va a la fundición no arrastra nada. Ninguna fe.
Es la sola campana en esas circunstancias en que sucede la guerra.
¿Y la pava? La pava calentó el agua con la misma calentura
con que se calienta ahora y se hace cañón puro.
La fundición es un conventillo de utensilios y creencias.
La monja que arrastra la campana por la lomada
no nota que va el cura metido en la campana.
El fuego de la fundición es el fuego de una inquisición al revés:
toda vez que la religión se transforma en brujería,
en rezo gastado en supersticiones: son las madres rezando por sus hijos.
Madrecitas con las campanitas colgadas, los anillos dorados, las cruces,
entrando ellas mismas al fuego, y saliendo del fuego
con sus propios hijos en brazos:
acá está, Mariscal,
la verdadera joya familiar. Te la entrego:
hirviendo.



miércoles, noviembre 12, 2008

Yo tengo guardada de Bergman esta imagen: termina de saberse que el Pro pone a su líder carismático en la ciudad autónoma y raja del bunker de la Coalición al bunker del Pro a festejar. Y esta anterior: le cambia la letra al himno. ¿Se acuerdan? Canta y cambia “seguridad” por “libertad” en la primera estrofa. Es un excéntrico excitado…

sigue acá

lunes, noviembre 10, 2008

Lo que no entiendo es si esto es racismo. Los otros días, en un post, insistí sobre eso casi sin querer. Pero no me termina de cerrar. Digamos, ¿el fin no es abandonar de todas las maneras el discurso de las razas, el discurso de pelaje genético, quiero decir, no se trata al fin de pensar que nada dice el color de la piel? Ese es como un fin práctico de un trauma histórico sobre el que se montó el relato colonial, y que tuvo sus continuidades en las descolonizaciones, de manera encubierta, a veces. Y sin embargo, qué se yo, es visiblemente tentador, y enérgicamente útil a los efectos blogueros, por ejemplo, afirmar cosas como *¿alguien vio un cartonero rubio?*. Siempre estamos hablando alrededor de la discriminación positiva. Lo negro en Argentina no es lo mismo que lo negro en EEUU, pero una de las cosas que dejó el primer semestre de lucha agraria repuso el término en la lengua política, y eso fue hecho por el lado que reivindica a *los negros*, amén de exhabruptos de hombres no preparados, no taaaan preparados, para la escena, del lado... blanco. Los bienpensantes estamos entre dos frentes: entre decir que los colores y las razas no importan, así, en esos términos; y decir que sí, que hay que reivindicar a los ofendidos, que esa es la razón de la pasión. Y en ella entran todos los ofendidos de la tierra. Razas y religiones. Si leemos el texto linkeado, podríamos preguntarnos: ¿por qué Condoleza o Powel son traidores?, ¿qué hacemos con la palabra integración?, ¿qué significa integrarse a la sociedad?, ¿solo es posible dejar de ser un negro de mierda a partir de ser un negro liberador, o sea, que el rol del negro es derrotar al blanco?, ¿por qué ellos traicionan lo que son, y los blancos bienpensantes no?, ¿hay un ser negro?, ¿no habría que decir que la superación del odio racial es un éxito de la misma modernidad que lo engendró? O sea, en esa lógica, ¿por qué no siguen los blancos siendo racistas? ¿Hay un ser blanco? Esto me hace acordar a cuando una funcionaria de un ministerio reputeaba contra el *cacique* de una comunidad originaria (sic) por los "oscuros" manejos de algunos recursos materiales. Claro, si es indio, que sea Tupac Amarú, no sea cosa que sea como... nosotros. Y esa misma funcionaria, sabía, conocía de cerca y de entrecasa, al yeite de los grandes jugadores de la política de su provincia, incluído el gobernador. Pero lo imperdonable es que el indio no sea lo que lo hace indio, es decir, la remota dignidad absoluta de los ofendidos de la tierra. Mmmm. El recurso bienpensante es este: si yo soy blanco, y traiciono los *mandatos de mi raza*, deberías hacer lo mismo, negro. En la Argentina, este planteo dicotómico para que sea real supone adherirle elementos culturales y políticos, y hacer todo el tiempo mucha fuerza mental, metafísica, sociológica, etc., para que se mantenga, no sea cosa que la realidad nos haga mierda.

Cartoneros


miércoles, noviembre 05, 2008

Aunque sé que el imperio de la tarde se ha vuelto arena esfumada en mi mano...


Cosas rústicas que deja la cobertura del *milagro* Obama miradas de reojo: CQC, y su cobertura de los cierres de campaña para comprobar que todos "van gratis" a los actos políticos. Y como si ellos no abonaran consecuentemente al descrédito y el clima que hace que, según su racismo, nadie vaya gratis acá. Cosas rústicas que deja la cobertura de las elecciones en las que un negro alcanza el lugar político mas importante del mundo: una suerte de "cuanto peor mejor" que lleva a que amigos y compañeris, fieles lectores de los matices locales, pierdan la paciencia reflexiva y alcancen a hinchar por el triunfo republicano "que hace las cosas mas claras". No, nunca, bajo ningún aspecto, jamás, cuanto peor mejor. Mi mujer, que vivió algunos varios años en Estados Unidos de América lloró esta mañana al oír a ese tipo encantador, con una de las sonrisas mas lindas que debe tener cualquier político de la tierra, cuando quiso simbolizar su voto histórico: el de una mujer de 106 años, nacida en las postrimerías de la esclavitud, que vota por primera vez... a él. Obama y las abuelas negras. Cosas del obamismo: tengo la sensación de que el nuevo presidente es un tipo gobernado por convicciones, lo juro. Obama: si yo fuera negro y pobre (y norteamericano) estaría feliz. Si fuera pobre de cualquier otro país de la tierra... no lo sé. Obama: un país donde el negro pobre vota lo mismo que el blanco progre debe ser un gran país, o, el mas grande país de la tierra. Obama: me imagino la terrible paja que se habrá hecho Eliaschev al oír los saludos tanto del presidente electo como del candidato perdedor en esas oraciones de reconocimiento mutuo en las que ambos enarbolaban la íntima raíz de una moral expansiva: somos hombres de familia, amamos esta tierra, tenemos nuestra oportunidad. La sutil forma de que un blanco y progre sea racista, es que piense que un negro y pobre es fascista. "Conocí a un hombre, sencillo granjero, padre de cinco hijos y, por eso, padre de los padres de los hijos y a la vez de los padres de los hijos." Walt Whitman.
(El título del post es de una canción de Dylan, vuelven los comentarios al blog.)

Revolución Peyseré

El libro del que hablé alguna vez acá se puede bajar acá.

domingo, noviembre 02, 2008

Yo creo que de alguna manera lo que hizo tan seductor al triunfo de Alfonsín fue que logró convencer a la gente de que era otra cosa de lo que era. En el fondo lo que logró Alfonsín fue algo muy importante. Fue un candidato que en ningún momento se presentó como antiperonista, sino al contrario. Pero al mismo tiempo bastaba oírlo en una sola frase para advertir que ese señor no era peronista. Creo que Alfonsín logró reunir todo el voto antiperonista, hasta el último. La posibilidad de meter en la Casa Rosada a un señor que no era peronista era demasiado atractiva. Por otra parte, en la medida en que no era antiperonista, él pedía abiertamente el voto de los peronistas. Recuerdo un discurso increíble en que decía que se presentaba casi como un gobernante interino, como después resultó. Decía que el movimiento peronista estaba tan destrozado, tan dividido, era tan incapaz de ejercer el gobierno que creía que por el poco interés del peronismo le convenía no ganar, entonces, abnegadamente, él se ofrecía -diríamos así- para gestionar el manejo de la cosa pública por ese período.

La dura costra de la tiranía...

Lo dicho: el doctor Grondona continúa elaborando la clave con la que pensar el momento político. Lo que no entiendo es por qué, en esa lógica, no incluye al ejemplo de los diez años de presidencia de Menem. Que también, en los términos planteados, quiso "concentrar todos los poderes públicos". Incluso, desde su trinchera de los jueves a la noche, en el canal 9, el hombre hizo lo suyo para el posmenemismo. ¿Tuvo la Alianza un programa antimenemista o posmenemista? Estructuralmente el posmenemismo era Duhalde. Superestructuralmente... no. La Alianza fue antimenemismo, para ser pos, se debía una robusta pata peronista imposible. Pero la frase final del texto de Grondona en cuestión (entre todos podremos construir un nuevo Alberdi) padece de un error visible, por ejemplo, no como error sino como centro de lo que hay que pensar, en las Cartas Quillotanas. Falta la mitad, Doctor. O sea, falta un Alberdi, pero también falta un Urquiza. Como siempre, el debate del pos-kirchnerismo, estará dentro del propio kirchnerismo, o sea, dentro del peronismo (nuestra hipótesis después del conflicto se inclina por la tendencia a un gobierno cada vez mas pejotista y menos kirchnerista). Algunos envalentonados ya dejan de pensar tanto en los tiempos de ostracismo oficial, porque lo de las AFJP, la crisis mundial y el nombramiento de Maradona pueden oxigenar un poco la escena. Si uno mira las figuras de recambio (qué sé yo: Capitanich, Massa, Scioli), podemos pensar que mas que la profundización del kirchnerismo, su inteligencia se basará en construir su posteridad, con algunos "reaseguros". Los mejores hombres de estos años (Aníbal Fernández y Carlos Tomada, por poner los dos que mas me gustan), podrían ser piezas claves con mucha mejor genética política que los otros descremados. Pero lo lógico es que nadie es demasiado afecto a pensar "lo que sigue" después de mí, y sin mi. Salvo que gobiernes como el orto, no tengas un mango, etc. Y bueno, el perfil "de lo que viene", mas temprano que tarde, o viceversa, será ese perfil massista, macrista, frente al cual Carrió es demasiado "intensa". La gente que no quiso ir a "la guerra del agua", tampoco tiene ganas de ir a la "guerra de la República".



...

sábado, noviembre 01, 2008

Apuntes para la colimba


Uno. La mejor medida política.

Dos. El desengaño para quienes creímos que las aguas calmaban.

Tres. El doctor Grondona, el domingo pasado, ensayó una crítica, no al gobierno, sí a esa “escena contemporánea” de opositores. Había hablado Carrió. Se había instalado la “tesis de lo inevitable” en el ambiente, que era, sin mas, que Cristina renunciaba o se iba. Pero que era el fin. Grondona trazó una línea: Rosas – Perón – Kirchner. Y dijo: cuando Rosas, nos quedamos en Montevideo o Chile imaginando el país del pos-rosismo. Cuando Perón, hicimos “sólo anti-peronismo”. Hoy, volvamos al punto 1. ¿Dónde están (y él se ofreció) quienes tienen que articular la escena del pos-kirchnerismo en vez de hacer anti-kirchnerismo?

Cuatro. MR.

Cinco. Hay que leer “La República Argentina 37 años después de su Revolución de Mayo”, de Juan Bautista Alberdi. Empezando por mi propia autoexclusión me imagino que la cita a Alberdi debería ser calificada. Por ejemplo, el señor Grondona, debería jurar que lo leyó.

Seis. En la contracara, en el charco de aceite que la nave que eleva a Alfonsín a la altura astral y prístina deja en el piso del Luna, se refleja la cara de Ubaldini. (Razones X me hicieron entrevistar en estos días al coloso secretario general de la CGT, Hugo Moyano, quien no sólo manifestó su afecto por el padre del orden democrático, sino a su vez, nos habló, conmovido, acerca de la relación de afecto postrera a sus contiendas que Saúl y Alfonsín supieron brindarse.)

Siete. Fue Grondona, en el año 90, el que aseguró en su programa, frente al mismo Alfonsín, que el paso del tiempo iba a agigantar su figura. 80: consenso en torno a la democracia formal. 90: consenso en torno al capitalismo. 2000: consenso disputado entre distribución del ingreso y calidad institucional. Kirchnerismo: síntesis alfonsinismo-ubaldinismo.

Ocho. Un dirigente juvenil kirchnerista asegura que para pensar el reciente conflicto apeló a la lectura de “Imperialismo y cultura” (1957), de Hernández Arregui. Un libro de mas de 50 años para entender la puja por la renta que sucedió hace cinco minutos. Dicho así, suena como el orto. Están los libros escritos para el futuro. Están los libros escritos para el pasado. Están los libros escritos para la eternidad. Están los libros escritos para la guerra. Están los libros escritos para el presente. Están los libros escritos para la paz. Están los grandes autores de libros que nadie lee. Están los libros escritos porque sí: “Curupayty – Heroica muerte de Manuel Fraga” (“Voy a contar la historia de Manuel Fraga aunque no sea de su sangre porque merece que alguien lo haga.”), de Rosendo M. Fraga.

Nueve. Fronteras.

Diez. Maradona es feliz, sin frula en la nariz. Tengo una anécdota con Diego de la época en que repartía pizza. Lo amo.