lunes, marzo 31, 2008

escuchado por ahí

El otro problema asociado con imponer un impuesto a las ganancias al agro es similar al que plantean los sindicatos: el salario no es una ganancia, por más que sea alto. Según la teoría económica, lo mismo ocurre para el "campo": el precio de los productos agrícolas, además de la ganancia asociada con las inversiones tiene otro elemento: la renta de la tierra. La renta de la tierra es un componente del precio que no es asimilable a las ganancias del capital, sino que surge del monopolio sobre las condiciones naturales (en este caso, la fertilidad del suelo, el clima, las precipitaciones). Las retenciones apuntan a captar para toda la sociedad la parte del precio de los productos agrarios que no paga la inversión productiva sino las condiciones extremadamente favorables de las tierras argentinas. Con el mismo argumento se han nacionalizado las tierras petroleras sin nacionalizar la producción. Es cierto que el compró un campo (sea agrícola o petrolero) puede quejarse porque cuando lo hizo esperaba recibir toda la renta, pero eso es más bien un error del pasado (no haber gravado la renta antes) que una condición eterna, justa e inamovible.
Esta raza de nuevos productores se caracterizaba por cierta tendencia autista, acostumbrados a la soledad de la siembra en una noche de invierno, sólo acompañados desde la chata (ahora rebautizada como la 4x4) por la señora llevándole un sándwich o cebándole un mate en la cabecera.

domingo, marzo 30, 2008

Mas solo/ que Lo Vuolo (completado)



Si es el mejor momento de la Argentina, pregunto, el gobierno que gobierna ese país exitoso, ¿tiene algo que ver? Un grupo faccioso domina la Nación. ¿Por qué alguien que habla así, de un gobierno elegido hace 5 meses por la mayoría popular, después tiene la autoridad moral de llamar a la paz? ¿Carrió sabe que es violenta? Un pasado que no debe volver. Hay mil formas de leer esa frase. Una, la que yo elijo, es la de la amenaza latente de la frase.

(Insisto, la pregunta es, ¿existió algún momento exitoso en el país a pesar del gobierno de turno? ¿Hay alguna época, un período, en el que un mal gobierno era ajeno, carecía de algún tipo de responsabilidad sobre el éxito económico? Las condiciones externas y los actores económicos libres, y un gobierno faccioso que, a pesar de su maldad, no puede herir al momento...)

Escraches mediáticos por todos lados. Que Carrió bancó (hasta Prat Gay) las retenciones, que D´Elía le regalaba una cala a Cavallo.

El amigo Axel Kicillof la rompe.

El kirchnerismo, originalmente, es un producto de la clase media. El kirchnerismo es clase media. Lo que pasa es que la clase media es algo que imanta tantos sentidos, que entonces, por amplitud, es una categoría insuficiente. No me meto en análisis estructurales porque no salgo vivo. Pero el kirchnerismo, primero, quiso ser de la clase media, levantando en los Derechos Humanos, en la renovación de la Corte, y en un pequeño programa de reformas políticas, el humor de un sector de esa clase. (Y la sintonía de Página 12 al relato oficial puede ser vista como una de las formas contractuales de esta alianza). Lo que pasa es que el pedazo kirchnerista de la clase media no se reconoce en la clase media. No diría nunca como sí un pequeño, mediano o grande productor a la vera de la ruta, nada en contra de los “negros villeros”. Por eso, el kirchnerismo, es producto de ese malestar cultural, del pedacito de clase media que no se reconoce a sí misma, que no tiene conciencia para sí de clase (media).

sábado, marzo 29, 2008

Los capangas de la tropa de asalto gubernamental remunerada esgrimieron el banderín antigolpista. ¿Es una estupidez imaginar qué hubiera escrito el escritor canonizado de la oficialidad montonera, el escritor de la carta fundacional del orden democrático, o mas que nada, pensar, qué hubiera pensado del gobierno, de los gobiernos kirchneristas el padre de la chica que se mata para no morir en la boca del lobo? Tal vez sí. En fin, el escritor al que Daniel Link admira. Pero hoy especialmente leí Perfil y no deja de asombrarme, en columnistas y entrevistados, la permanente inflación discursiva: "la triple A", "las patotas parapoliciales", "los matones", etc. Si esa es la percepción de cualquier cacerolero medio, justamente "los medios", y de ellos las plumas políticas, a las que alguna vez les gustó decir que no estaban tan lejos del fuego, podrían explicar, sí, hacer pedagogía del oprimido cacerolero, extender argumentos políticos, sociales, culturales, a eso que estaba ahí, furioso, con cara de malo.

Lo que hubo, lo que hay, lo que habrá, es la presencia militante, en un tiempo y un clima (cultural) que pareció blandir su clausura como signo, sobre todo, en hombres y mujeres cuyo pasado une raíces con ese corso "a destiempo". Vivimos una especie de escenario desdichado que enfrentó al pasado y al presente, al campo (y la ciudad) con el "campo popular", a unitarios y federales, etc. Algunos hechos, o emblemas físicos, pueden ser museo, pero no la historia. Hablamos con palabras del tiempo, y algunas, sí, son del pasado. Alguien las trajo hasta acá. No hay ningún procedimiento jurídico de la Historia que clausure nada.

El soporte social "de lo que pasa" es la democracia televisada. Liquidez. Nada mejor que las metáforas que hacen metástasis. Tiempo líquido, amor líquido. Wainfeld contaba que Kirchner después de, cada mañana, consultar las reservas, afirmaba sonriente: estoy líquido. El setentismo es una escenario viejo que repone Kirchner. Mea culpa: lo peor que pensamos del menemismo tiene la misma lógica de lo que reciben Kirchner/Cristina como crítica. La idea de que toda política es montaje. De la digitación. En realidad, una fe ciega en "hilos del poder" que tejen y destejen a piaccere. La idea de operación. Esa jerga de cerrada también. Brokers. A veces suceden cosas, a veces no todo es tan controlable, y lo digo a favor de todos: de los caceroleros "blancos", de los piquetes, del campo, del campesino, del militante, de todos. Sin esos intersticios no habría historia o ciencia social. Sólo habría libros escritos por ex orgánicos de la SIDE y Felipe Pignas.

Pero si uno, diez, cien vecinos se indignan en la ciudad y protestan, eso tiene un valor que anula la presencia (patotera, criminal) de la militancia. Yo no defiendo la militancia, que se defienda sola. Sólo apunto una precisión discursiva que es despreciable: cuando la ciudadanía se expresa, oponer a eso, aunque mas no sea tras un cordón de cámaras, otro frente con banderas, consignas y conciencia política mas precisa remite invariablemente a una imagen del pasado violento. Y además esta idea: si están ahí es porque les pagan. La triple A, por lo que leí en mi billiken montonero, no te ponía cien tipos en la calle manijeados por un líder maradoniano, no, te ponía 40 kilos de trotyl para que después con lupa reconstruyan el tejido social de tu cara y tu familia ponga una rosa sobre un montón de ceniza humeante.

Canción favorita.

jueves, marzo 27, 2008

La rompió


Ideas verdes.

Hay una agenda política mas clara: si alguien se pregunta por qué ser kirchnerista, empieza a haber algunas respuestas. Nuevamente. Y si alguien quiere clarificar sus argumentos para odiar a este gobierno... lo mismo. Y aún así, los momentos del discurso, la didáctica cristinista, en parte, sonó bien. Distribuir el ingreso (frase que se va ahuecando tanto, como la apelación a los pequeños y medianos x) fue explicada: distribuir qué, los ingresos de quiénes. Porque distribuir para algunos es distribuir los ingresos del Estado (sin decir nada de la estructura impositiva). La distribución es el Estado en el mercado.

El conflicto ya tuvo un resultado secundario (político) importante: la aparición “a los cien días” de la forma, el modo y la sustancia de conducción de Cristina (permanecía demasiado eclipsada por la estela de Néstor).

Las cacerolas, el grito de (la avenida Figueroa) Alcorta.

Pensando un poco en voz alta (che, eso es el blog, pensar en voz alta): no imagino algo mas claro para expresar lo sofisticado del momento y de la estructura de esta situación que los muchos de neo-piqueteros y/o neo-caceroleros que interpelan reviviendo discursivamente el “unitarios y federales”, emblema binario si los hay. Vivimos en el caos, pero cada tanto...

(¿Entonces? No sólo negociar, sino cómo negociar. Con todos, pero por separado, claro. Ése es el abc, o mas que el abc, el ideal, patear la mesa en miles de pequeñas mesas: productores de trigo, de soja, de pollos, de huevos, tamberos, tumberos, etc.) No. El ignorante tiene dos tipos de ideas: fascistas o idiotas. Que no es lo mismo pero es igual.
LOS TRABAJADORES Y EL “PARO AGRARIO”:

LA CGT CONTRA LA DESESTABILIZACIÓN DE LA OLIGARQUÍA Y SUS PERSONEROS

Hace 32 años, un mes y diez días -precisamente un 16 de febrero de 1976- banqueros, industriales, la Sociedad Rural y el resto de las organizaciones que nucleaban a los sectores del campo, iniciaban un Paro de claro contenido golpista (conocido como el lock-out Patronal de la Apege), anticipándose al levantamiento militar del 24 de marzo, todo con la venia de los EEUU. Esa alianza oligarca, militar y pro-imperialista derrocaba a un Gobierno constitucional que ya había adelantado la fecha de los comicios para elegir Presidente en Octubre de ese mismo año. Todo con la complacencia de la prensa nacional. Desde los titulares de Clarín, La Nación, La Prensa y La Razón se exaltaba el derrocamiento del orden constitucional, acompañando el genocidio y el plan neoliberal de Martinez de Hoz.

Desde entonces, y mientras la dictadura genocida asesinaba y desaparecía a miles de hombres y mujeres -en su mayoría trabajadores que resistían como ordenaba la Constitución Nacional y perdían por ello su vida, su libertad y sus derechos- las organizaciones del campo (las que hoy llevan adelante este “paro histórico” como dicen los mismos medios que apañaron la dictadura), acompañaban alegremente junto con la prensa vernácula que hacia negocios como el de papel prensa. Entonces no hubo ni paros, ni protestas del “campo” a pesar de lo que sufría la Patria y el conjunto del Pueblo

Tampoco hubo paros y protestas de la Sociedad Rural y el resto de los organizaciones rurales cuando Menem y Cavallo saquearon la Argentina, liquidando las empresas del Estado, millones de puestos de trabajo, expulsando a la marginalidad a millones de compatriotas, devastando las riquezas del país y pauperizando a todo un Pueblo. Ni siquiera cuando la convertibilidad fundió sus campos y quedaron todos embargados hubo un “paro histórico”. Pero protestaban, reclamando mano dura junto a esos mismos medios de prensa, cuando los trabajadores resistían o los excluidos, negros villeros al fin (como se escuchó ayer de los “piquetes paquetes”) cortaban rutas, pidiendo para comer o pidiendo trabajo.

Y ahora, con un Gobierno que recupera el sentido de la dignidad y de la Justicia Social para todos los argentinos; un Gobierno con claro sentido nacional y popular que abandona las relaciones carnales en materia internacional para propender la unidad con nuestros hermanos y vecinos a través del MERCOSUR ampliado; un Gobierno que ha impulsado un modelo productivo que combina un mercado interno fortalecido con el aprovechamiento de las exportaciones, recuperando el diálogo social a través de las convenciones colectivas de trabajo, generando trascendentes cambios en muy poco tiempo.

Estamos hablando de un Gobierno que no se olvidó de los productores agropecuarios, sino que produjo el salvataje para que esos productores, fundidos por el neoliberalismo, no perdieran sus campos. Los transformó en rentables modificando el tipo de cambio (que padecieron los asalariados hasta que se recuperó la economía), lo que -sumado a los precios internacionales- ha permitido ganancias siderales para todos esos productores como en décadas no habían tenido.

Sin embargo, cuando el Gobierno, con sentido ordenador y equilibrador, usa el mecanismo de las retenciones a las exportaciones para regular progresivamente un sistema impositivo aún regresivo, garantizando el abastecimiento del mercado interno, abandonado por la voracidad egoísta de la oligarquía, para usar esos excedentes con criterio de equidad en la distribución social y el desarrollo armónico de áreas postergadas, la entente oligárquico financiera y proimperialista huérfana de una conducción política que garantice acumulación de poder, se lanza a esta protesta salvaje con el acompañamiento de los mismos medios de prensa que acompañaron aquel paro golpista de febrero de 1976. Hablamos de una cobertura sesgada por la parcialidad y con clara intención desestabilizadora.

Y en esa acción desestabilizadora hay muchas cosas que no se dicen:

-si las retenciones son a las exportaciones, por qué las protestas no van dirigidas contra los monopolios exportadores que son los que ahogan a los pequeños productores.

-el aire quijotesco que se le da a “las protestas” no dice que un poco más de 900 oligarcas detentan 35 millones de hectáreas, mientras que 137.000 productores cultivan sólo 2.000.000 de hectáreas.

-los que rechazan las retenciones, pretenden que en salvaguarda de sus fortunas y sus intereses egoístas, la carne y los alimentos asciendan de precio a los valores internacionales para que al Pueblo se le hagan inaccesibles y sólo las puedan consumir las minorías selectas

-si la protesta es sana, por qué se ha visto tanto odio de clase expresado contra camioneros y otros trabajadores. Por qué tanta violencia traducida en piedrazas, ostentación de armas blancas (con empuñadura de plata eso sí), carabinas amenazantes a manos de esa fuerza de choque de la oligarquía golpista y desestabilizadora.

-no es un paro agrario, porque como han reconocido los propios “huelguistas” más allá de las tranqueras se siguen cumpliendo todas las tareas del campo: se está levantando la cosecha, se alimenta al ganado, es decir, el patrimonio propio no se arriesga. La protesta no afecta lo propio sino que trata de joder al resto del Pueblo Argentino. Un ejemplo de ello es el desprecio hacia quienes han sufrido y todavía sufren hambre, desparramando carne vacuna para formar las barricadas, pretendiendo detener a un país que está reconstruyendo su futuro.

Por ello, no nos engañemos. El “campo” no está parado. Están trabajando como nunca, gracias a las políticas que se aplican en la Argentina desde hace 4 años y medio.

Los que bloquean las rutas y los que los acompañan desde los medios de comunicación, defienden los intereses oligárquico-imperialistas, los mismos intereses que saquearon la argentina y mataron -por la violencia de las armas o por la violencia del hambre- a miles de compatriotas en las últimas décadas.

Todo comenzó con una protesta como ésta en febrero de 1976. No nos dejemos confundir. Tengamos claro que las retenciones son a las exportaciones, y por eso no nos dejaremos de preguntar, si no hay otro fin oculto, por qué las protestas no van dirigidas contra los monopolios exportadores que son los que ahogan a los pequeños productores. Defendamos este proyecto de país que nos contiene a todos, y no sólo a los oligarcas que a lo largo de la historia han venido frustrando nuestro destino como Nación Soberana.


Buenos Aires, 25 de Marzo de 2008.
Hugo Moyano
Secretario General

Julio Piumato
Sec. de Derechos Humanos

miércoles, marzo 26, 2008

MOCASE VÍA CAMPESINA:

Algunas memorias ante las protestas del "campo argentino"

1- Nosotros, miembros de comunidades indígenas, campesinas y campesinos organizados en territorios, hacemos memoria de que la Tierra es un bien aún lleno de vida diversa, donde la humanidad y los pueblos quieren desarrollar los sentidos de la existencia.

2- Las grandes corporaciones de las cadenas agroindustriales vienen imponiendo a los pueblos y países un modelo de producción alimentaria cuyo único objetivo es la rentabilidad y concentración de la riquezas en pocas manos con la complicidad activa de gobiernos, empresarios y, en el caso del "paro del campo", de los miembros de las cuatro entidades agropecuarias de Argentina.

3- El doble discurso de los dirigentes de la FAA, los ha llevado a un callejón sin salida. Sus prácticas reproducen el modelo de saqueo y contaminación tanto de la tierra, los territorios, como así también de su mentirosa pretensión de representar las luchas más genuinas de los movimientos campesinos en Argentina.

4- Este modelo neoliberal, de saqueo y contaminación, reproducen nuevas formas de colonización y genocidio. ¿Qué hicieron estas entidades cuando en la etapa menemista del neoliberalismo más salvaje desaparecían más de 200 unidades familiares de producción agraria?

5- ¿Qué han hecho y hacen esas entidades agropecuarias ante los asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con paramilitares y topadoras que sufren hoy miles y miles de familias de pueblos originarios y campesinos?

6- Dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la desaparición de los pequeños y medianos productores, pero algunos empresarios y productores que han contratado matones para desalojar pequeños y medianos productores son miembros de esas entidades.

7- Rescatamos algo positivo de este paro de las entidades agropecuarias y sus miembros: se sacaron la careta de luchadores por un modelo de país digno, justo y para todos. Mostraron su verdadero rostro: creen que el país es para unos pocos que obedecen los dictámenes de las grandes corporaciones transnacionales de la alimentación.

8- Estamos en algo de acuerdo: el dinero de todos los impuestos tendría que estar controlado por todos, porque todas y todos pagamos impuestos en la Argentina, no solo los productores y empresarios del campo. Proponemos mecanismos de participación directa tanto de cómo producir riqueza como de la distribución de la misma.

9- Como un primer paso de acuerdos y consensos proponemos que el extra de las retenciones sirva para que no desaparezcan los pequeños y medianos productores, artesanos, artistas, deportistas, etc. Que esos fondos preparen el proyecto de una Reforma Agraria Integral con Soberanía Alimentaria. Estaticemos las exportaciones, que no queden más en manos de las grandes corporaciones transnacionales.

10- Con Vía Campesina decimos que la respuesta a la crisis global del precio de los alimentos: La Agricultura Familiar Sostenible puede alimentar el mundo. Los alimentos no pueden ser objeto de ganancias ilimitadas. La Biodiversidad es una riqueza de los pueblos.

11- Las organizaciones de campesinos, miembros de Vía Campesina, declaran que todos los acuerdos de libre intercambio tanto bilaterales como bi-regionales, llámense Tratados de libre comercio, Acuerdos de libre comercio o Acuerdos de partenariado económico, comparten la misma naturaleza. Estos acuerdos suponen un saqueo de los bienes naturales y sólo benefician a las empresas multinacionales, en detrimento del conjunto de los pueblos del mundo y el medio ambiente.

Secretaría de Comunicación del MOCASE VC

El virus migra a las células nerviosas

(Pascuas: a la medida de fuerza del campo que parece prometer “desabastecimiento” de carnes, mas otras cosas derivadas de nuestras vaquitas ajenas, se plegó suavemente, como el humo de un incienso, la prohibición dogmática de no comer carne para el pueblo católico… El pequeño círculo ciñe en ese intenso viernes de abstención carnívora la fuerza del interior bucólico y compacto -pequeños, medianos y grandes productores de la tierra en Misa Criolla-. Confirmando lo que las Madres hace un tiempo atrás contra Macri cuando tomaron la catedral para pedir ejecución de obras de viviendas para pobres: Dios está detrás de todo esto. ¿Cómo quebrar el íntimo y milenario diálogo de Dios con los dueños de la tierra? No comerás carne.)

Pero ayer pasaron cosas que se veían venir, aunque la habilidad gubernamental estaba, parecía, medida por su capacidad de sostenerlas en estado de latencia. Gran desprendimiento de témpano, por calentamiento político. Había una "pelea cultural" ya dada con eso que llamamos clase media, y que nunca debió precipitarse. Sobre todo porque lo de ayer, a no ser por D'Elía y su fantasía piquetera, pareció una interna de la clase media: la de los que tienen conciencia para sí (beneficiarios, igual, del modelo, pero tan solidarios con sus primos del campo) y los que tienen conciencia para los otros (la clase media que hizo la opción por los pobres). Re-ten-ciones, carajo! aulló el coro Kennedy montonero. Sí, Mario, es cierto: Más allá de las razones relativas, sobre las que ya se habló, hay dos factores que inducen a la preocupación. El primero es la exacerbación de planteos binarios vetustos pero no removidos de la cultura política: campo versus ciudad, peronistas versus gorilas, clases medias urbanas versus trabajadores sindicalizados. Esas díadas no fueron demasiado fértiles en los últimos 50 años, o en el mejor de los casos se agotaron. Su reaparición en tantos relatos es una mala nueva en una sociedad que es más plural, más democrática, más compleja y, básicamente, distinta de lo que era medio siglo atrás. Pero qué sería del kirchnerismo sin esa restauración discursiva de la sociedad binaria que, no existe mas, sí, pero que es al paraíso perdido que el arca kirchnerista nos quiere devolver. ¿Cómo explicaría el mismísimo kirchnerismo sus políticas de alianzas, que son también, por añadidura, políticas de adversarios? La sensación es que el kirchnerismo es un esquema ganador (crece, crece, la economía desde el pie) pero que su corazoncito político destesta a los ganadores. Es una gran política que hace ganar a quienes odia, y no "gratuitamente". Sigue siendo una forma de arbitrar en favor del modelo del orden democrático: la hegemonía cultural de los vencidos.

martes, marzo 25, 2008


Monzón

Monzón, en homenaje al napalm.
Una ramita se asoma del talón, silvestre:
me llamo Juan Ramón,
me dicen Monzón.
Gallo del ring amateur golpeando la campana de bronce de la
capilla donde el primero de
mayo Padre Francisco bendice herramientas…
Monzón no puede ser un soldado.
Monzón cierra los ojos: el arroz de vitamina vietnamita
dinamita el cuerpo del reo
que bajo la lluvia de sus puños prefiere consumirse en un soplo
de gelatina ardiente.
El reo de noche sueña que es una niña vietnamita
en la noche lúgubre rociada por napalm.
En la ex Saigón, hoy Ho Chi Minh. Mañana: ciudad mocoví.
Monzón es el Napalm argentino.

domingo, marzo 23, 2008

Las afueras

La velocidad no es tiempo. Los otros días le decía a G.: ojo, mirá que no voy a tener señal. ¿Cuándo lo dije por primera vez? ¿Hace un año, dos años, cinco años? En este pequeño relato ("Ares no fue hallado en todo el día, ni en su domicilio ni en su despacho. Era imposible dar con él.") lo primero que me vino a la mente fue: claro, hoy hay celular. Y un celular apagado es una señal política inequívoca. Cuántos dicen "no me atiende el celular", cuántos ex candidatos repiten en soledad "no me atienden el celular". Porque llamar a un despacho, bueno, está la secretaria que te dice que está en una reunión, o que lo llamó la mujer de urgencia porque el nene... No estar en el despacho ni en la casa, significó: está en algún lugar incierto, inaccesible, en el tramado del golpe, según la anécdota. Un mundo sin celular ni ansiolíticos, ¿existió alguna vez? Y no me vengan con el clasismo de la comunicación: conozco cartoneros con celular. En fin, las revoluciones miden capacidades de adaptación, "cambios naturales". No es el hombre frente a la máquina, no. La línea H, entre varias cuentas pendientes, tiene la de que no tenés señal. En la línea de la consonante muda, juro, una vez viajé solo. Solo es solo: único pasajero. Y había que ver al tren parar en la estación Venezuela, y que nadie ascienda, y que nadie descienda, esa lentitud vaporosa, esa espera, ese cumplimiento. Bruto como soy, hubiese dicho, "un viaje kafkiano". Bueno, con la misma naturalidad es que recibí hace un tiempo "Las afueras", de Paula Peyseré. El libro es una revolución, pero una revolución en estos términos: algo que opera en nuestro sistema nervioso, una revolución cuyo sujeto es una velocidad impersonal sobre el cuerpo. Y cuando uno promedia su lectura, justamente, tiene la sensación de que el libro es familiar, de que su sentido -perdido para siempre- habita en el tono de una novela coral que nos está contando algo, y no sabemos qué, y tampoco sabemos que no sabemos qué... Peyseré es como si hubiese estado siempre. Las afueras, si no lo leíste, tenés que leerlo, siome.

sábado, marzo 22, 2008

El círculo de su identidad

por Sebastián Vázquez

El gobierno aplica una nueva medida con respecto a las retenciones: retenciones móviles para los cultivos, descenso de la tasa para la ganadería y algún otro producto. Es alentador percibirlo como una medida que permite la intervención del estado en cuestiones fundamentales como qué producir en los campos. Pero, a pesar del nivel de las reacciones, no nos encontramos frente a una reforma agraria o a un estatuto del peón, sino simplemente a una modificación de tasas de retenciones ya existentes y donde solo se sugiere, tímidamente, un impulso a la producción de materias primas altamente sensibles para el consumo interno. Es decir, no es ésta una intervención fuerte del gobierno, que patee el tablero y obligue a discutir el tema más tabú de los últimos años: la soja; o que permita un nuevo esquema de definiciones en lo relativo a cómo producir, cuánto exportar, a qué precios.

De la misma forma, el gobierno no termina de cerrar nunca el círculo que implica su identidad, su perfil productivo. Es claro que ni por asomo cualquier gobierno hubiera hecho lo que hizo el de Nestor Kirchner. Ni siquiera la mitad de las cosas. En este sentido sí definió de forma muy clara su identidad, pero es una identidad marcadamente política. Las claves, los pilares de lo que se podría definir como el "modelo productivo kirchnerista" no son de paternidad kirchnerista sino duhaldista. Y ésa es una batalla que Duhalde encaró prácticamente desde el principio y que permitió dar sustento filosófico a su construcción de poder. La primera oposición al menemismo, a "los ´90", nació de adentro. Y se fue elaborando a lo largo de los años hasta constituirse en tercera pocisión frente a otras dos opciones que, lejos de ser opuestas, eran casi la misma. En los meses que marcan el final del 2001 y el comienzo del 2002, las opciones de "modelo" eran tres: dolarizar, devaluar para al corto tiempo instalar una nueva convertibilidad y la opción Duhalde.

La devaluación llevaba oculta una confesión: durante años dijimos que nuestra moneda valía más que lo que realmente valía. Anular la ley de convertibilidad implicó algo así como quitar un techo que asfixiaba a la economía argentina y sus efectos son los que permiten no sólo el crecimiento gigante y sostenido, sino también el famoso "viento de cola" que genera el aumento en la actividad. Una readecuación del precio de la moneda supone un aumento de la "competitividad" para la economía argentina, a la vez que un aumento de los precios de ciertos productos que se fabrican afuera y nosotros importamos. De por si, esto implica que habrá transformaciones en la producción, el consumo y el comercio, que los hubo. Las retenciones son una medida osada, inteligente, indispensable para no consolidar un país mucho más "injusto" del que vivimos, pero... ¿cuál es la contracara de esas retenciones? ¿Cuál es el "sujeto económico" o el "actor social" que se beneficia con esa medida? Se me ocurren 3 cosas: 1- los transportes (que pierden mucho en 5 años de peso devaluado y tarifa congelada), que sería subsidiar a una actividad que no produce ni ganancias, ni mayor empleo del que ya tenían, ni ampliación de la infraestructura, es simplemente subsidiar una actividad que anda mal (aunque no para que ande mejor) y que no se quiere o no se puede transformar; 2- la solidez financiera, que beneficiaría a todos los argentinos y a todos los sectores productivos ya que blinda al país frente a las turbulencias financieras constantes del globo (que es cierto, pero hasta ahí); 3- algún subsidio tímido y distraído a algunas actividadeas productivas (las menos de las veces). ¿Cuál es entonces el modelo económico de esta nueva era post neoliberal? ¿Cuál es la intervención del Estado en la economía (que siempre TIENE QUE EXISTIR: acá, en Francia, en EE.UU., en Venezuela, o donde se te ocurra)? ¿Qué tipos de producción alienta, impulsa, subsidia? ¿Cómo protege su medio ambiente (fundamental para un país agroexportador)? ¿Qué carreras alienta? ¿Qué importamos y qué exportamos?

Porque el fin de la convertibilidad nos emparenta, aunque sea lejanamente con una etapa de industrialización por sustitución de importaciones. Si el dolar sale el triple, hay ciertas cosas que el público seguirá consumiendo pero ya no podrá pagar. Aunque en este caso, el modelo parece ser de industrialización por resurreccion de muertos: la misma capacidad instalada, las mismas máquinas que comenzaron a apagarse para siempre en el ´96, ´97 empiezan hoy a hechar humo. Muy pocas cosas nuevas, nada de industrias relacionadas con la tecnología, con la maquinaria pesada (salvo algunas pequeñas excepciones), etc. Sí algunos nichos que florecen casi instantaneamente al cerrarse o encarecerse las fronteras: la ropa es un ejemplo. Pero sin una fuerte intervención del Estado hoy esa industria utiliza entre algunas de sus formas el trabajo esclavo a pasitos de la plaza de Mayo para indignación del lector de diarios.

Uno después lee párrafos (como los de acá) y te entran dos dudas (por lo menos): ¿quién lincharía a los productores que hoy protestan si su incursión se prolongara hasta el conurbano o la mismísima Plaza de Mayo?, ¿desde dónde lloverían las piedras al grito de "no son una confiscación sino un instrumentio de desarrollo"? No hay quien las tire. Segunda pregunta: ¿política y acuerdos es igual a subsidio? ¿Es el único idioma que habla el gobierno? Sí y sí, si dejamos afuera la definición de un proyecto productivo.

viernes, marzo 21, 2008

¿Dónde están los mejores poemas actuales?

¿Hace falta aclarar de que no es literal?

Que el post enterior no es exactamente lo que pienso. Extremar un razonamiento, ordenarlo, que contiene todo el racismo que el mismo progresismo incuba, modulando lo que para mi es, ya, la raíz cultural de un problema político: desde la ilustración montonera o bolchevique, hasta el evangelismo radical. Quiero decir: peleamos contra el cierre de talleres que nos dan de comer y que nos permiten, ay, llegar hasta el fondo, hasta ese vecino silvestre, a "reeducar" su lengua con la ética de nuestra estética. Esta es la representación que yo me hago, y claro, ahí cabe pensar todo lo que creemos que está en la lengua, "bruta", ¿no? Esa imagen se me dio. Lo que este entiende es, justamente, al revés, y me irrita un poco, sobre todo, porque ampara lo que digo en el paradigma Saccomanno (al que no leí porque no me interesa leer) que es, junto con José Pablo, o, sobre todo a partir del paradigma José Pablo (el ideólogo de los K, como les gusta instalar por ahí), quien mas "vulgarmente", sí, ahora sí, instala, por ejemplo, esta idea: todos los tacheros escuchan radio 10, o sea, son hablados por la frecuencia radio 10, o sea, todos los tacheros son fachos. Esta asociación tachero-facho, es racista. Yo podría pensar "vulgarmente", hay que estar todo el día 15 horas con el culo en el auto y tragarte una hora en 9 de julio y Belgrano por un "corte" y salir intacto... Para el caso, sí, este texto me resulta mucho mas claro, no sólo de mis propias ideas, sino del mismo malestar general que Diego (que parece que no duda de todo) cree ver en mi. Cuando releo el post anterior: Nadie es vulgar. El negocio de la cultura es tranquilizar conciencias. Pero el vulgo intuye una oscura forma de racismo. Canciones viejas en otro idioma. Nadie está a la altura de ese vuelo vulgar, nadie atrapa a ese pajarito oscuro, nacional. Ahora cierran los talleres con los que querían evangelizar la vulgaridad. Talleres para la lírica social. Pensé que sobre el final estaba siendo claro de la clave irónica del texto: lo vulgar es una forma de atrapar en términos despreciativos algo de lo que se está afuera, que tiene otra historicidad, supongamos. Claro como el agua nunca, pero sí que estaba mínimamente poniendo en duda y tensión, justamente, ese mismo síntoma que expone una desilusión fundamental, sobre todo, a la hora de pensar, que es ésta hora, la productividad histórica de algunas ideas. Vuelvo: estaba tratando de extremar la raíz de desprecio hacia eso que llamamos pueblo. La idea de que el pueblo es facho, ¿se entiende? Eso, la idea de que el pueblo es facho es nuestro fascismo. Eso.

jueves, marzo 20, 2008

Vengo a buscar nomás lo que es mío

Para el vulgo, el copamiento del Indec tiene el mismo sentido que si se hubiera intervenido el Servicio Meteorológico, o sea, hay un organismo cuya función social mas importante es la emisión de mensajes a la sociedad que está siendo distorsionado. Bueno, lo que el vulgo siente, es que le mienten, pero no sólo que le mienten, lo que el vulgo siente es que le mienten todo el día y todo el tiempo, y esa mentira actúa sobre la víscera mas sensible, como decía el General cuyos restos nunca descansarán en paz. El niño vulgar que entra al chino, y frente a un cajón de limones a 11$ el kilo, de pronto, mientras una bandada de gaviotas de protesta picotea las góndolas, comienza a gritar, ¡el rey está desnudo! El ser vulgar tiene ideas vulgares sobre las cosas. El vulgo siente que no es lo mismo decir sí hay un problema, que matar al mensajero. Le encanta además la frase: no hay que matar al mensajero. El vulgo españolísimo no siente, ni sabe, ni intuye que –sobre todo- no hubo inteligencia para evitar que la lectura sea ésta, la de un montaje del género que una década atrás llenó las salas, “mentiras del poder”. Para el vulgo siempre gobiernan los mismos, una teoría muy precisa en cuanto a su intuición gruesa: toda pelea es por el poder, y un poder que tenía a sus nativos, a su pueblo originario, los militares, pero después vino la civilización democrática y arrasó con todo, todo, todo. Y que entonces la acumulación de poder para sólo el poder, para la toma del poder ya tomado… El vulgo siente que la diferencia del número de la inflación real con el de la inflación oficial es algo personal, “se metieron conmigo, éstos, que después hablan de, etc.”. El vulgo siente que la vulgaridad oficial es el precio de su lujo. La sintonía se está perdiendo. Empieza una etapa difícil. El vulgo siente que el paro del campo es un poco justo. El vulgo es cacerolero, furioso, obstinado, rompe los esquemas de la izquierda, aunque a veces cante sus canciones. Aunque el vulgo tarareó alguna vez a Víctor Heredia, cuando volvía la democracia, y el vecino ése, al que oscuramente se llevaron, tenía una madre del dolor, partera de la historia. El vulgo es la base social de todos los gobiernos, pero lo es fervorosamente de los duros. El vulgo es lo mas sutil. El vulgo vuela alto. El vulgo sabe que la cultura es de izquierda, por eso es vulgar. El vulgo no, no quiere que le mientan. No quiere que le mientan en la cara. El vulgo sueña con el precio de la papa. Pero el vulgo no es una papa. Sabe que las peores sospechas recaen sobre él: ¿era el vulgo el que subía el volumen de la radio para que no se escuche la picana? Del vulgo salieron torturadores, mas nunca guerrilleros. Guerrillero de doble apellido que estás en el cielo. ¿La muerte de la izquierda es una lenta agonía cultural? El vulgo es el verdadero "protagonista de la democracia de mercado pletórico de bienes". El vulgo no fue a Vietnam, fue a Malvinas. El vulgo es metafísico. Nadie es vulgar. El negocio de la cultura es tranquilizar conciencias. Pero el vulgo intuye una oscura forma de racismo. Canciones viejas en otro idioma. Nadie está a la altura de ese vuelo vulgar, nadie atrapa a ese pajarito oscuro, nacional. Ahora cierran los talleres con los que querían evangelizar la vulgaridad. Talleres para la lírica social. Ahora es un tiempo mas oscuro, seguro. Pero, padre, ¿por qué te duele tanto cuando se cumplen tus profecías? Nuestro sueño pertenece al sueño, ser el quinto beatle. Ayer llovió, hoy paró. Hoy salió el sol.



Sólo el amor salvará al pueblo.

lunes, marzo 17, 2008

Napalm

Monzón machado

Después de leer Machado,
palabras que no usa:
clepsidra,
adamantino,
rueca (no, rueca sí),
tahúr, tahúr,
pitagórica, prensiles,
cangilones, cangilones vacíos,
¿dónde tiene su morada la rueca
y la clepsidra?, ¿tahúr?
Recita en la noche ceferina:

Que nada me invada de afuera,
que sólo me escuche yo dentro


Monzón no palma

El frío del frigorífico, el frío de la carne: un pan
de sangre
con la esmeralda roja
del hielo en el corazón:

charcos de sangre hacen un cielo para
las vacas
que pastan, que se quedan pendientes
como del diente: así la res
que liga sus puños,

satélites imperceptibles alrededor
de una luna rojísima en Mataderos.


Todavía Monzón no palma

Todavía está, de chico, parado apretando
los puños. Todavía escucha los puños
contra la pared de carne de vaca. Todavía está
parado viendo la pared del cuarto temblar:
los puños al rojo vivo.
Todavía tiene la luz de la lamparita que
desciende como un huevo de luz lechosa
hasta su cabeza como una araña lo haría:
lana de vidrio en su conciencia, el comisario
trajo al reo y se lo puso en medio del patio,
que hable. Reo y res, cuelgan del mismo gancho.
Carne, carne, carne.
Todavía su puño, que es
una lamparita a punto de quemarse,
está hundiéndose en la luz,
en el agua, en el balde, en la carne.
Esta es la paradoja radical de la que siempre hablamos. Esa pulsión por morderse la cola.
Suicidio egoísta, suicidio altruista,,,, suicidio radical.

miércoles, marzo 12, 2008

Preferimos no hacerlo

Algunos escritores –entre ellos varios de los que firman esta carta– fueron invitados a participar en lecturas de poesía u otras actividades en la Casa del Escritor de la ciudad de Buenos Aires (en algunos casos ofreciendo un pago), casi en el mismo momento en que se conocía la noticia de que van a ser cerrados más de 500 talleres de los centros culturales de la ciudad y despedidos unos 250 docentes que trabajan en ellos. Ante ese concreto estado de cosas, nos parece que participar implicaría aceptar que se nos dé un lugar que se le está quitando a muchos otros. Mientras persistan estas condiciones –que, por supuesto, no se dan sólo en la cultura–, preferimos no hacerlo.

Rodolfo Alonso
César Bisso
Leopoldo Brizuela
Susana Cella
Javier Cófreces
Manuela Fingueret
Daniel Freidemberg
Carlos Juárez Aldazábal
Leonor Silvestri
Alberto Szpunberg
Juano Villafañe
etc.


Me llegó todo junto: una invitación de gente amiga a leer, una invitación de gente amiga y compañera a firmar el NO a leer, un ratito después. Primero respondí que sí a leer (ya que pagan), después al segundo, a quien me convocaba a hacer algo, le respondí esta huevada: "No sé si estoy de acuerdo, mas allá de la razón de que necesito un mango para vivir y que cuando me lo dijeron me agarró un entusiasmo materialista moderado, pero entusiasmo al fin. Yo no aceptaría "un cargo" en la administración macrista, porque pienso que eso es avalar positivamente las líneas de gestión. Pero leí "gratis" para Ibarra que (... ahí puse un par de cosas no exactamente de la cultura). ¿Qué hizo Ibarra por la cultura salvo dar empleo?" Hay algo de: está mal echar gente, empleados, contratados, pero cuánto mal está echar gente de la cultura. Quise decir: sin ser delarruista, ni ibarrista, ni telermiano, leí alguna vez, en ciclos perdidos (no vaya a ser que los poetas nos la creamos); y esos eran gobiernos que también hacían cosas horribles, pero No en la cultura, y eran horribles porque eran mas traidores de su base de sustentabilidad. Quiero decir: probablemente uno rechaza a Macri en bloque, y en los otros gobiernos, la presencia de "grietas" (+ compañeros y funcionarios amigos) hacían un híbrido tolerable. ¿Políticas culturales (hacia la poesía)? No creo que ningún gobierno haya tenido mejores que las que tuvo De la Rúa: casa muni de la poesía, y después lo que hizo Lopérfido para garparnos libros y repartirlos en bibliotecas nacionales (eso lo hizo desde Nación, y tuvo su capítulo cucurtiano, el "Castells de la poesía"). Después no hay mas. Después no hay nada mas que yo recuerde. ¿Alguien me ayuda? Pero en relación a esta situación concreta, que es una intersección entre dos cosas que detesto que se junten: la poesía y la política, pienso que no voy a ir a leer, ni voy a firmar una nota. Hay cosas que me parecen mas graves, y frente a esas cosas, trato de hacer algo, aunque pase inadvertido porque no soy una persona pública. Todavía estoy dominado por esta sensación: cuando veo las cosas que hace Macri, mas pienso y juzgo al progresismo. ¿Por qué Ibarra habla? No sé si a alguien le puede caer mal esto que digo, tal vez me lo estoy diciendo a mi mismo. La cultura no es un frente. El posible cierre de Casa Puerto, el intento de suspender subsidios a las Cooperadoras escolares (según el proyecto original de Marcos Peña y el ex soviet Narodowski), que no se construyan mas Centros Verdes, en fin, la ciudad en pañales.

Hola.
Voy a intentar ser precisa y adjetivar lo menos posible. Les pido que, de acuerdo o no con la sustancia de este mensaje, lo hagan circular a través de foros y blogs sin omitir la firma (mi responsabilidad sobre cada enunciado) ni los comentarios que consideren oportuno agregar. Espero promover un debate necesario. David Viñas acaba de romper la Cátedra de Problemas de Literatura Latinoamericana y formó otra ¿igual? ¿semejante? que dictará clases en el primer cuatrimestre.

martes, marzo 11, 2008

Paraguay no se arrodillará ante otras naciones, recuperaremos la dignidad como nación y conversaremos con nuestros vecinos en amistad y solidariamente, pero de igual a igual.

lunes, marzo 10, 2008

La guerra es el fantasma de estos días.


¿Qué hacía que un liberal argentino apoye, reivindique, la guerra de Malvinas? ¿La recuperación de cierto honor militar que legitime para una futura hipótesis golpista al brazo siempre armado, excepcionalmente político, de su clase? El partido militar es el tema. El fin del partido militar, linealmente, es el comienzo de la democracia, y la democracia es el principio de una crisis de representatividad que dura hasta hoy, aunque no siempre bajo las mismas formas ni intensidades. Gobernar no es hacer feliz al pueblo. Los partidos, que no eran carmelitas descalzas antes del orden democrático, se mantenían igual bastante afines a sus principios originarios, y tuvieron que ser, definitivamente, a partir de 1983, algo que sustituya al partido militar. Tuvieron que aprender una nueva tecnología de poder de manera irreversible. Es decir, atender a la necesidad de articular y adaptar a los ciclos mundiales una economía dependiente, todo, bajo el manto de la continuidad democrática.

La guerra trituró al problema histórico Malvinas, por empezar, deshistorizándolo, envolviéndolo en la bruma del alcohol y trasnoche militar. En fin, mas allá de la compleja trama diplomática posterior y del protocolo oficial de siempre, vivimos en un país cuya única guerra moderna implica que tengamos que decirle a esa vaga figura que recorre los pasillos de un tren vendiendo calcomanías, gracias. Gracias por perder. Gracias por perder la guerra. A esa derrota le deberíamos la democracia.
La otra guerra es la guerra interna, es la guerra en la que, a sus ex combatientes hoy, nunca les diríamos "gracias por perder". Es decir, a un ex detenido desaparecido que pasó temporadas en el circuito represivo "Atlético-Banco-Olimpo", a un ex combatiente de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez, nadie le diría "gracias por perder". Así como, lentamente, se fue abandonando el "gracias por ganar" a los militares que ganaron, con la picana en la mano.

Y sin embargo, en la división de inocencias y responsabilidades, en esa proyección de colimbas que temblaban en las trincheras tarareando km 11 y oficiales que venían de los sótanos de la ESMA a los gritos, hay una proyección del NUNCA MÁS: el intento por juzgar abusos, violaciones a los DDHH, en los mismos términos de "genocidio" en que fueron juzgados en la guerra interna. Fuimos a la guerra con todo lo que teníamos encima, con todo lo que teníamos adentro. Con el guerrero Giachino que entró pateando una puerta como en un allanamiento y no encontró a un guerrillero durmiendo.

Guerra interior llama a la guerra sucia Verbitsky en su libro La posguerra sucia. Ahora afina en este tono: la guerra sucia que los militares le declararon a la sociedad civil. Las afinaciones de la cuerda de esa guerra, parecen marcar un solo bando armado. Ya dijimos que no a la "teoría de los dos demonios" el mismo día en que condenamos al nazismo, a la conquista de América y del Desierto, etc. Y sin embargo, la palabra guerra, siempre atada a la locura, vuelve y persiste. Un país es una guerra incesante, tenemos fe de eso. (A mi me parece bien llamar al proceso político iniciado en el golpe del '55, guerra.)

El orden democrático es un orden en el que los Ex Centros de Detención (que todavía subsisten como evidencia jurídica) serán señalizados como en una ciudad europea las huellas del horror que vivieron los civiles, y la guerra seguirá siendo reivindicada (y sus soldados) bajo el peso de la imagen brutal del contexto social y político en el que fue llevada a cabo. Y así, esas dos formas de guerra que hicieron parir esta modernidad, este orden, contienen a esas dos extrañas figuras sobre las que vamos a pensar toda nuestra vida: los ex detenidos, los ex combatientes, alrededor de las cuales damos sentido a un montón de preguntas, dudas, incertidumbres y certezas, por ejemplo, en este humilde blog nacional y popular.


viernes, marzo 07, 2008

Plan Colombia Bolivariano

¿Cuál es el límite que en el conflicto de guerra interna en Colombia, Venezuela ha violentado? Hablo de un límite vaporoso, pero contundente; vaporoso porque no se trata de un hecho fáctico como el episodio de guerra vivido y la violación territorial de un país. Pero es un límite violado dentro del terreno impreciso de la política, cuyo campo y límites parecen difusos.

¿Qué significa la legitimación de las FARC? El criterio republicano puede ser un arma de la sabiduría popular de doble filo: no formalices por izquierda lo que está sujeto a una correlación de fuerzas provisoria, porque cuando lo formalizan por derecha te rompen el culo. Las fuerzas armadas que se apoyan por derecha son mas poderosas y fácilmente equipables -legítimamente equipables, legalmente también- que las fuerzas armadas revolucionarias apoyadas por izquierda, a través de turbios pasos fronterizos.

Meter la cola en lo que -por izquierda y derecha- debe resolver Colombia, precisa de algo tan sutil como imposible: dejar para la diplomacia agresiva de un imperio el horror de la instromisión, y fijar como barrera inquebrantable el límite de los derechos humanos, como terreno sagrado, pre-político.

Eso no quita que en el proceso de canje humanitario con fuertísimo protagonismo chavista, se pueda erosionar a un gobierno cipayo como el de Colombia. El problema es hacer las dos cosas a la vez: defender a los secuestrados de las FARC de la inhumana predisposición negociadora de Uribe e hinchar por las FARC...

Porque el reconocimiento humanitario de la víctima, nos guste o no, tiene bajo su manto una condena implícita a la situación, al secuestro, a un derecho elemental vulnerado, que en los hechos, lo es por las FARC. Uribe no secuestró a Ingrid, es el arma moral de la derecha. Lo que hagan después con la represión, los para-militares, etc., es una cuestión interna que requiera inteligencia, diplomacia, frialdad.

Pero el Plan Colombia (además de ser una fuente de dinero) es una forma institucional de fijar, con procedimientos claros e inequívocos, una terminal imperialista. Pero Chávez tiene su Plan Colombia, que es la asistencia externa, la diplomacia de las FARC (mas todas las especulaciones sumadas), operación mucho mas compleja, y con pocas garantías de legitimidad interna sobre todo.

La influencia diplomática imperial parece que tiene modos combinados: por un lado golpes que pueden fallar (el abril venezolano del 2002) y una fina forma de blindar apariencias republicanas que, salvo en este fatal acto de guerra dos kilómetros adentro de suelo ecuatoriano, hacía de Colombia una República prolija.

Está claro, lo mas grave, lo inadmisible, automáticamente inadmisible, es la violación de la soberanía ecuatoriana. No quiero abonar al lirismo lilista de la embajada, pero, pensemos un instante, una vez que las imágenes del horror ceden, en cuán mala es la diplomacia chavista.

Hay una lógica: reocupar el espacio de Fidel y Cuba que, quién lo dudó y lo duda, tenía vínculos extraordinarios con los 1,2,3 vietnams de América Latina. (Nuestros montos, nuestros perros, etc., hacían la colimba en La Habana.) El tema es que ese orden, lo era, en el mundo bipolar, en la guerra fría. De alguna manera eso hacía a un duro equilibrio del mundo. Pero Fidel siempre fue un nacionalista popular, mucho menos dogmático que el Che, a la hora de pensar los procesos locales de los países. Las particularidades.

Fidel no era trosco. No es trosco. Perdón. Y tenía la visión estadista que le permitía leer en la interna burguesa "de los países hermanos" e innovar apuestas firmes. Fidel movió la cola con Alfonsín, con Néstor, Con Cristina. Yo creo que también con Duhalde.

(En la noche de las conspiraciones se oyen de Chávez versiones descontroladas. Dije: en la noche complicada de las conspiraciones. Porque la política internacional tiende a ser mucho mas reducida a veces en sus matices que los análisis locales, tiende a estar mucho mas sujeta en los análisis de café a las teorías conspirativas, creo, para llenar ese hueco de ignorancias que, ningún argentino de bien, asegura tener.)